Web dedicada a la recopilación de documentos de autores enguerinos, o de otros que han escrito sobre nuestro pueblo, contribuyendo a la formación de la cultura escrita autóctona de Enguera.

21 de noviembre de 2011

El par de ligas

Hace ya algún tiempo que pudimos leer en una recopilación cuentos o relatos breves de nuestro Emilio Granero. Al parecer su obra, dentro de las dimensiones del mercado editorial, tuvo una saludable distribución.

Por lo demás, la redacción de nuestro blog quiere quede constancia que nuestra intención al recopilar obras escritas sobre Enguera o por enguerinos siempre respeta, en cuanto nos es posible, la obra de editorial. En tal sentido reiteramos que nos mantenemos en tal planteamiento y dejamos constancia de ello ante el hecho que supone colgar en nuestro blog el manuscrito que ha llegado a nuestras manos.


Hace unos meses buscando, o ¿tal vez sería más exacto escribir: intentando buscar?, una colaboración largamente pedida, rogada y nunca alcanzada, se nos mostró el original que hoy les presentamos: ¡la copia, mediante papel de calco y en papel cebolla, de la primera obra premiada de su autor!

Pero, además, tenía todos los aditamentos necesarios para poder advertir que nos encontrábamos ante lo que no podía ser considerada sino una joya: dedicatoria manuscrita y fotocopia de la nota de prensa del resultado del Concurso.



El trabajo para llegar a poder ofrecerles este Documento ha sido ímprobo (reparación y reconstrucción, digitalización, edición, etc.), pero para la Redacción es un placer, en el día de hoy, poder compartir con ustedes esta joya en nuestro blog.


Para acceder al Documento



14 de noviembre de 2011

Primores, y II

Siguiendo con la agricultura del secano enguerino, más en concreto el apartado denominado Primores, hoy lo finalizamos precisamente con el apartado:

III.- Primores agrarios en tierras rojas. En este tercer bloque nos referimos a aquella agricultura, con punto álgido de esplendor en el cambio de siglos XIX-XX, con origen en la inmigración de gente de la Marina que, o bien huyen de los primeros síntomas de la filoxera o, tal vez, buscan materializar los excedentes en nuevas áreas de cultivo que, además, tenían diferencial significativo con los altos costes de producción en la Marina, relativos a la uva pasa.


Pozo Canalí, en Saytón

Testimonios de dicha inmigración todavía son apreciables, aunque sólo sea atendiendo a la aparición de nuevos apellidos y algunos apodos con que la sociedad enguerina del momento los fue integrando tras haberlos “bautizado”. En efecto, los Carrió, los Panseros, los Canalí, los Barrenos y otros más son enguerinos provenientes de las Marinas –Alta y Baja–, que un día comenzaron a llegar a nuestras tierras y revolucionaron la producción del viñedo enguerino.

Tres son los enclaves en que, pienso, se asentaron mayoritariamente, a saber: el Saytón hasta la Boquera, las Archemas y Benamil.



Pozo Botecari

También en tierra roja tenemos la zona de Fraga que, colonizada por valenciano hablantes aunque no provienen de la zona de la Marina, alcanzaría la franja hasta el río, incluyendo los campos del Molino de viento y los Chalets; uno de cuyos enclaves –el comprendido entre el barranco de Lucena, el azagador de Fraga y el camino viejo de Sellent– excluimos de este apartado pues se desarrolló en el de norias o en el de grandes construcciones. Con todo, en esta zona estaban, además de la fuente de Fraga, los pozos del Molino de viento, los de los chaletes y el antiguo de Pepitín, así como los tapiados del tío Fausto y otros varios.

* * *

Pero es que, además de lo enumerado, quedan las dos grandes zonas de tierra blanca y fresca; a saber, las Archemas y la parte norte de Benamil, lo que fuera de los Albertos, que también estuvieron dedicadas a la uva de mesa para consumo en fresco y/o pasas.

Pozo Barreno, en Albertos

A dicha conclusión se llega gracias al razonamiento siguiente:

Como la uva para vinificación, entre nosotros y hasta tiempos recientes, sólo necesitaba agua en dos momentos muy concretos: el de la plantación en orden a ayudar alguna plantica y, significativamente, para la bodega o lagar, que solían estar en torno al pueblo, si no dentro del mismo. Por consiguiente, los grandes pozos que hemos encontrado debían tener otra finalidad que pienso se debe asignar al escaldado de las uvas.
Cultivo de la vid diferente al tradicional entre los nuestros en aquellas épocas que, arrancando del uso de nuevas variedades y un nuevo método de podado de las vides, pasaba por racionalizar las producciones segmentando los bancales en parcelas para aplicar el sistema de escaldado frente al tradicional del secado.
Toda esta nueva cultura de la vid, distinta de la tradicional destinada a vinificación, la debemos los enguerinos a aquellos emigrantes que, desde la Marina alicantina o valles del Vinalopó, nos aportaron sus conocimientos o, como dicen los modernos, su know–how
Pepe Cerdá



Para acceder al Documento, picar:















12 de noviembre de 2011

Primores I

Dentro del análisis del agua en la agricultura de secano, el autor del Documento que hoy presentamos pretende reflexionar sobre la idea, generalizada, sobre que la agricultura de Enguera es, y siempre ha sido, la de un pueblo de secano que, con sólo cultivos de subsistencia, debió dedicarse a la industria.
Don José Mª Albiñana, en el capítulo XXV de su Historia de Enguera, tiene el mismo pensar que el autor del Documento.

Por consiguiente, bajo el epígrafe Primores se hace referencia a varios aspectos de nuestra agricultura que se podría denominar la gran cadena, que no el eslabón perdido, de nuestra historiografía.

En esta primera entrega se hace referencia a 2 de las varias agriculturas que se dieron entre nosotros:
I.- La gran vega del cultivo de primores, es decir, la zona regada por el barranco La Mota en el tramo que, a espaldas de san Antonio de Padua, llega por frente a Divina Pastora y parte posterior de san Juan hasta final de Zalamea. A toda esa zona se le puede aplicar el pasaje que la novela “Los Héroes de Montesa” asigna a los jardines del Serrallo del castillo de Gramogente ó Garamoxente.

II.- Agricultura de las grandes explotaciones agrarias privadas (privadas por contrapuestas a las del Señor de la Villa como, por ejemplo, Lucena, Toñuna, Navalón, San Jorge, El Huerto de Marzo, etc.).
Es decir, que en este segundo bloque se engloban las explotaciones agrícolas que, bordeando el casco urbano, alcanzaban las tierras que delimitan el barranco del Ral y el del Corcot hasta su unión con el de La Mota.

Estas tierras no siempre se dedicaron de forma exclusiva al cultivo de cereales. En efecto, P. Sucías habla de que junto a tal cultivo “en años pasados se recolectaban unas 3000 libras de seda cuya cosecha ha desaparecido y produce buenas frutas y legumbres”. El cultivo de la morera será ratificado por Albiñana así como, modernamente, por Ribes Iborra.

Pues bien, de todo este rico perímetro agrícola actualmente sólo podemos identificar lo siguiente: * restos de las construcciones hidráulicas de las Bodega de doña Teresa, en lo que hoy es la vivienda de los alemanes, en la bajada de san Antón,
* los restos de lo que fuera el molino de viento de La Torreta –pasto de la “Urbanización La Solana”–,
* indicios de que existió la Bodega de Arcona donde hoy luce el almacén de ajos, frente a la Cruz, y
* el recuerdo infantil de lo que fuera la explotación agrícola del Huerto de los Frailes, bajo el Instituto y pabellón multiusos, o
* del pozo de Cabezas y el Chorro de Casimiro en el solar donde se detuvo la constructora por mor de la reciente crisis económica, en el camino al Santo.

Del resto ya no podemos hablar. Los más viejos todavía recordarán el pozo que había en el huerto de los Cabreras, y del que se regaban los frutales y verduras;huerto cuyos chíncholes y demás vendía la señora Rita. También recordarán, posiblemente, el del Pencar, así como infinidad de ellos que quedaron englobados en los huertos y viviendas, cambiando el sentido de su utilidad agrícola por el uso doméstico o el industrial, como veremos en su momento…

Imagen del cultivo de maíz en el secano enguerino (verano de 1.964)


* * *
La próxima semana el Documento:
III.- Primores agrarios en tierras rojas

Acceso al Documento Primores I
https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0BwWQSCLCi0jaMDRjMzcyNjYtZjhhOS00M2ZjLTgxYjgtMGFiNzg4ZTAwOWY2&hl=es





5 de noviembre de 2011

Recordando

Con el documento de hoy incorporamos una nueva firma al cosmos con que brilla nuestro blog, gracias a todas y cada una de ellas.

Se trata de un enguerino que vive a caballo entre su lugar de nacimiento y el del trabajo; es decir, otro más de los que, hace algunas décadas, denominábamos “enguerinos de fuera”, según aquella trilogía de enguerinos, enguerinos de fuera y folasteros



Nació y se crió en la calle Molina, 30

Por lo demás, también formaría parte de aquellos grandes enguerinos a quienes, tomando la expresión de otro grande –Emilio Granero–, se le podría incluir entre los que, con ellos, marchó de Enguera la Musa del Teatro.

Pero hoy regresa. Otros no han podido hacerlo. Emilio Marín Tortosa, sí lo hace y… por la puerta grande, pero no porque este blog lo sea, sino por el bagaje cultural que le acompaña.
Bienvenido y esperemos que no sea tu última colaboración.

Retrato de familia


Y para los bloger’s dos acotaciones.

La primera: lean y conozcan lo que ha sido capaz de hacer uno de nuestros paisanos aunque, sobre todo, espero disfruten de la riqueza y soltura de su lenguaje.

La segunda: esta colaboración, en concreto, solicitada pretendemos sea una continuación de las crónicas que sobre nuestro teatro escribieran Emilio Granero (ver Un siglo de teatro, 25 de febrero del 2010, en De Parla enguerina) y Manolo Albiñana (ver Yo actor, 25 de mayo del 2011, tambien en De Parla enguerina). Esperemos que, sobre el tema de nuestro teatro o del teatro relacionado con Enguera existan nuevas crónicas; quedamos a la espera de la próxima...


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