Web dedicada a la recopilación de documentos de autores enguerinos, o de otros que han escrito sobre nuestro pueblo, contribuyendo a la formación de la cultura escrita autóctona de Enguera.

19 de mayo de 2012

Pepón Ribas

“Pepón era artista de profesión. Cantante lírico para más señas. Tenor. El creía ser el mejor en la profesión. Su voz, su técnica bucal, eran un prodigio. (Según él, claro.) Sin embargo la realidad, la cruda realidad, es que estaba colocado dentro de la profesión, en un segundo plano, lugar en el cual, él, creía no estar bien considerado. El quería un lugar de preferencia, y no estar marginado a papeles segundones. El creía merecer algo más.
“Cuando comenzó en serio con aquello del canto, estaba convencido de que pronto llegaría a lo más alto. Se convertiría en un divo. (Como en realidad lo piensan todos.) Interpretar un Otelo sería algo cotidiano en su repertorio. Sin embargo el tiempo pasaba, y aquello que ocupaba la totalidad de sus sueños no llegaba, y sus papeles seguían siendo siempre de segundón. Y no es que por ello le faltase el reconocimiento de la profesión, antes al contrario, su trabajo estaba siempre bien valorado en las compañías en las que trabajaba. Pero eso a él no le bastaba. El quería algo más. El se merecía lo mejor…”
Emilio Marín
Así inicia esta segunda historia modesta, expresión que define como “apenas pequeños cuentos, sin héroes, pero llenas de valor, anónimas, ignoradas y olvidadas, que a veces regresan y te cogen desprevenido obligándote a volver la vista atrás, a rememorar personajes y hechos, que podrían no tener nombre propio sino la impronta de una época y de unas vivencias. Estos recuerdos nos han estado acompañando, sobrevolando los avatares del día a día, y que de improviso acuden a nuestra memoria mutilados por el paso de los tiempos. Ahora son fruto de nuestra mala memoria, pero que sin duda son el testimonio de algo que fuimos, que somos, y que seguiremos siendo. ¿Hasta cuándo?”